La pandemia del COVID-19 generó una disrupción sin preceden - tes en los sistemas educativos de todo el mundo, obligando a los gobiernos a reaccionar con urgencia implementando soluciones para permitir la continuidad del aprendizaje durante el cierre de las escuelas. Simulaciones del Banco Mundial indican que el rezago en el aprendizaje causado por el cierre de las escuelas podría resultar en pérdidas de hasta US7 trillones en ingresos futuros (calculados a valor presente) para la actual generación de estudiantes, equivalente a 14% del PBI mundial. A las pérdidas de aprendizaje, hay que añadir los costos en términos de bienestar físico y mental, y de habilidades socioemocionales relacionados con el cierre escolar. Mientras la emergencia sanitaria continúa significando una serie de retos hacia el regreso a clases pre - senciales, los gobiernos deben enfrentarse a otra urgencia: la recuperación de las enormes pérdidas académicas, donde existe evidencia de una concentración en los estratos más vulnerables de la población. La recuperación no es una tarea de corto plazo, sino un desafío que requerirá un esfuerzo de mediano y largo plazo sin precedentes.